Ice, ice, baby. Así gorjeaba Vanilla Ice, en este hit de los 90. Décadas más tarde, la frase del rappero corona la máquina de hielo del hotel The Standard, en Miami. Una manera divertida de presentar este artefacto poco agraciado, que sin embargo que no puede faltar en ningún hotel estadounidense. Porque acaso ¿no hay algo más gringo que una bebida con tres cuartos de su contenido totalmente congelado? Si lo pensamos con más detenimiento, creo que el aire acondicionado a tope debe figurar en este ranking. Pero volvamos a la manía de los estadounidenses por los vasos rebosantes de agua congelada. Cada vez que pernocto en un hotel en Estados Unidos, realizo el mismo ritual antes de irme a dormir: en bata, camino hasta la máquina de hielo que indefectiblemente tiene que estar en mi piso, y lleno la hielera con cubitos. Antes, tomo mis precauciones: el hielo nunca tiene que estar en contacto con el balde, cuyo interior hay que forrar con la bolsa de plástico nueva que te dejan en la habitación –pida por ella en recepción, si no se la han dado–. Luego, preparo mi bebida favorita (x 2, si estoy acompañada) con mucho hielo, por supuesto. Y … Chin chin. Fotos: Food in Paris y Picjumbo
Comentarios