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Siempre tendremos Acapulco…

Imagina una ciudadela de más de 200 casitas blancas y rosas construidas sobre una montaña frente a la bahía de Acapulco. Construidos a diferentes alturas, siguiendo el recorrido del cerro, que llega hasta la cima -coronada por mansiones de empresarios y políticos-, la mayoría de estos bungalows, diseñados con el estilo californiano de los 60, tiene vista al mar. Cada casita tiene su piscina privada, y una terraza para asolearse, con o sin traje de baño, pero sin miradas indiscretas. Una flota de 50 jeeps rosas que te llevan a donde quieras  y un club de playa privado al pie del cerro completan la oferta de Las Brisas, que no por casualidad supo ser el preferido del jet set estadounidense. Corrían los años 60, y la palabra «inseguridad» o «narco» no significaba nada para los habitués de Acapulco, este balneario sobre el Pacífico famoso por sus esculturales clavadistas y buen clima todo el año. Ringo Starr, Liz Taylor, Charlton Heston y Natalie Wood pasaban sus veranos en este exclusivo hotel, elegido por la realeza británica y las familias de jefes de estado – la hija del presidente Lyndon Johnson estuvo allí- por su seguridad y privacidad. De hecho, se cuenta que el consulado británico tuvo sus oficinas en Las brisas durante un tiempo. Otra habitué era Jacqueline Onassis, que visitó dos veces el lugar: primero, cuando estaba casada con J.F.K, y luego con Aristóteles Onassis. En una fiesta en Las Brisas, Frank Sinatra coqueteó con la amante de un político mexicano, lo que le valió ser expulsado del país. ¿Y qué pasa con el hotel en la actualidad? Sigue funcionando sin que nada haya cambiado. O sí: el gimnasio ahora tiene lo último en tecnología, las habitaciones han sido renovadas y el Spa es el mejor de la ciudad balnearia. El servicio a la habitación funciona sobre ruedas -de ahí los jeeps-, porque, ¿quién quiere salir del cuarto cuando allí tienes piscina privada y vista al mar? Mientras los mayordomos te consienten con fruta fresca y una botella de vino blanco con canapés a la hora del aperitivo, el gerente del hotel, don Jaime, vigila que ningún detalle escape a su ojo crítico. A cuatro horas en coche desde el Distrito Federal, Acapulco pelea por volver a ganar ese lugar que tuvo en los dorados 60. Porque siempre tendremos Acapulco. Si quieres visitar Las Brisas, menciona Vida de hotel y tendrás un descuento del 15 % en tarifas publicadas -siempre más convenientes que en las agencias de viaje en línea- y servicios del Spa (oferta vigente hasta el 30 de junio). Llama al 01 800 227 47 27 o escribe a Brisa@brisas.com.mx

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