Corría la década del 60 y, sin electricidad, ni aeropuerto, los pescadores de Puerto Vallarta despertaron ante el bullicio causado por la belleza de Liz Taylor. Sin pertenecer al elenco, había llegado desde Hollywood dispuesta a sortear tamañas incomodidades para estar cerca de Richard Burton, que rodaba La noche de la iguana.
Intrépido abonado a estas playas, su director, John Houston, prefirió la presencia cautelosa de estos reptiles, el tequila y la picosa gastronomía que venían con una publicidad llovida del cielo. Y Hollywood aceptó a la modesta Vallarta como locación de la versión cinematográfica de la obra de Tennessee Williams, quien también había pensado en Acapulco.
Pero para los periodistas de todo el mundo que se animaron a viajar hasta allí con la excusa de asistir al rodaje, la primicia en realidad estaba en las siestas en las hamacas y hasta en las diligencias de Dick y Liz para comprar dos propiedades en Vallarta, separadas por una calle y que unieron con un puente a la manera del puente de los suspiros. La casona, que está a unas cuadras del mar, y a unos kilómetros de la zona hotelera, estuvo cerrada durante décadas. Pero desde diciembre pasado, opera como un hotel boutique. Se llama Casa Kimberly y su suite principal se llama Elizabeth Taylor, por supuesto. Tal vez también sea una obviedad aclararlo, pero los amenities de tocador son de Bulgari, la joyería favorita de la actriz.

Casa Kimberly, en Puerto Vallarta.
Cuando terminó el rodaje de La noche... infinidad de fotos en todo el mundo convencieron de la veracidad del romance y de los encantos de aquel escenario. De a poco, Vallarta ya con un aeropuerto internacional, empezó a aportar las marinas para el desembarco de cruceros y las playas de los hoteles, levantados sin prisa pero sin pausa.
Así y todo, Hilton Hotels and Resorts recién abriría sus puertas en Vallarta en octubre de 2012. Los memoriosos recuerdan que el primer marido de Liz Taylor, fue justamente el despechado Conrad “Niki” Hilton, heredero de la famosa cadena. Pero esa es otra historia.
Comentarios
Visité VAllarta hace un año y la casa de Liz y Burton estaba cerrada, qué bueno que hicieron algo con ella. Saludos desde Chile, Monica