Qué sorpresa descubrir al Empire State en nuestra suite.
Les había comentado del desafío Hotel Tonight, la aplicación para teléfonos inteligentes que sólo permite reservas en un lapso que va del mismo día -o noche- en que unos e va a alojar a los siete días previos. Sabíamos que esa falta de previsión -«planea menos», reza el slogan de la app- le añadiría pimienta a nuestras vacaciones. Pero ese jueves tomamos el avión temerosos. Las tarifas publicadas en la app advertían que eran más altas que lo habitual por la visita del Papa.
Antes de despegar revisamos por enésima vez los precios: el hotel más pedestre no bajaba de los 500 dólares la noche. Decidimos olvidarnos del tema, y dormir esas cuatro horas de vuelo. Las cartas ya estaban echadas.
Llegamos a JFK y me asaltó una duda: ¿y si el oficial de migración nos pide una reserva de hotel y no la tenemos? Contábamos con que entre el trámite migratorio, el tren aéreo a Queens y luego otro a Manhattan, los precios bajarían más. Pero decidimos reservar ahí mismo, no fuera que por ahorrar unos dólares tuviéramos que regresar a Benito Juárez siete días antes de lo previsto. Afortunadamente, para entonces, las tarifas publicadas habían bajado casi un 40 por ciento Nos decidimos por un hotel de rango medio, un Hilton Garden Inn en la 35. Dos horas y media más tarde, ya en el hotel, recibíamos una buena noticia: un upgrade sin costo a una suite en el último piso.
Llegamos y apagamos las luces. Descorchamos una minibotella de vino rescatada del carrito del avión y bailamos sin música, como si sonara Sinatra. La luz del Empire State inundaba el cuarto. La cama, mullida y con la garantía Hilton, invitaba al descanso.
No pude con mi genio, y volví a revisar los precios en Hotel Tonight. La habitación que reservamos había bajado un 20 por ciento más. Pero qué importaba. Esa noche dormiría a la sombra del Empire State.
Comentarios
Mama mia!, qué nervios antes de descorchar y bailar al resplandor de «New York, New York….»
Félicitations!
Saludos desde México, María!
me gustó lo de bailar Sinatra en silencio y a oscuras… excelente lectura, felicitaciones
Gracias por seguirme, Juan Carlos!