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Georgina Navarrete: roadtrips en familia

Georgina Navarrete es editora en el periódico Milenio y una viajera consumada. Fan de los viajes en auto con su familia, esto es lo que nos contó.

¿Cuál fue tu último viaje?
Fue del 26 de diciembre 2020 al 5 de enero 2021, con mi esposo y mis dos hijos adolescentes, en auto, de la CDMX a Riviera Maya, con paradas múltiples en Córdoba (Veracruz), nos hospedamos en el Hotel Fortín de las Flores. En Ciudad del Carmen,  en Hyatt Place… En Mérida, elegimos el en Hampton Inn y en el destino final, en la Hacienda Tres Ríos, Riviera Maya.

Después del check-in, lo primero que haces es…
Reviso el baño, que haya toallas suficientes. Y luego las ventanas: que no den a una pared gris llena de tubos y que abran y sellen con facilidad, esto solo en caso de que no haya un sistema de recambio de aire que permita que la habitación esté fresca.

Georgina Navarrete

Georgina Navarrete, a metros del Four Seasons de la CDMX, uno de sus hoteles favoritos

¿Qué cosas quitas o reacomodas cuando llegas?
Nada, el desorden lo ponemos nosotros. Acomodo mis maletas en el soporte para equipaje si son estancias de un día y si son más largas saco la ropa y la acomodo en cajoneras, clóset, etc.

¿Qué ritos sigues?
Siempre elijo la cama, me recuesto, veo las sábanas (por lo regular somos cuatro y la habitación tiene dos camas matrimoniales, o incluso si el hotel tiene suites de dos cuartos y sala, las preferimos). Si es un lugar frío, reviso que haya cobertores y almohadas extra.

Georgina Navarrete

¿Cuáles son tus hoteles favoritos?
Me gusta el Four Seasons de la CDMX: excelente servicio, las camas te abrazan y la ropa de cama es muy suave. En Campeche, la Hacienda Uayamón, hermosa, íntima y con deliciosa comida de la península.  El Waldorf Astoria, en Nueva York, creo que es el más lujoso en el que me he quedado por mis propios medios. Y ¡valió la pena! La ubicación es inmejorable, muy cerca de la Quinta Avenida y el Central Park oeste. En Ginebra, el Mandarin Oriental:  un hotel moderno, lujoso y enorme, pero acogedor, con croissants recién hechos para el desayuno, crujientes y con sabor a mantequilla, y un café cargado pero no demasiado. Justo como me gusta.

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